A propósito del último libro de cuentos de Walter Lingán

El narrador y sus fantasmas

Por Mario Suárez Simich *
(Madrid. España. OM)

La ya significativa producción de textos publicados por los numerosos narradores peruanos que residen fuera del territorio nacional, y que en su gran mayoría es poco difundida y hasta desconocida por los especialistas del Perú, hace que la visión que se tiene de la narrativa peruana de las últimas décadas se encuentre incompleta. Los medios oficiales y sobre todos los oficiosos andan más pendientes en las modas que imponen las transnacionales de la edición o de lo que se publica en Lima. Perdidos en encuestas bizantinas o en el intento de "canonizar" a narradores con quienes se sienten afines literariamente, lo que se sabe de nuestra diáspora de narradores es poco o nada.

El libro de cuentos del escritor cajamarquino, afincado en Alemania, Walter Lingán (1954), Oigo bajo tu pie el humo de la locomotora publicado en edición bilingüe por la editorial Free Pen Verlag de Bonn, es un claro ejemplo de que a pesar de la distancia y la brecha generacional, los textos de Lingán, con sus peculiaridades, se entroncan con la narrativa más reciente producida en el Perú.

Desde fines de los años 90 del siglo pasado varios narradores peruanos han dejado la línea tradicional del realismo para derivar a una vertiente de tipo fantástico en la que el género predominante es el cuento. Incluso escritores que iniciaron su producción dentro del realismo han coqueteado con lo fantástico; Jorge E. Benavides, en su último libro, La noche de Morgana, es un ejemplo de ello, como también lo hizo Lingán en La danza de la viuda negra .

Al igual que en este tipo de textos de marcada factura fantástica, los cuentos de Oigo bajo tu pie... están construidos y teñidos de una atmósfera irreal u onírica que el narrador plantea desde las primeras líneas apoyado muchas veces en un lenguaje lírico del Ligán poeta; otras, de uno crudo que describe la confusión o angustia de los personajes dentro de un universo en el que se sienten extraños; incluso sus propias fantasías están marcadas por esa irrealidad. Lo está también el erotismo o la sensualidad que son elementos sustanciales en los textos.

El premeditado juego de la construcción de imágenes con una estructura de estirpe vanguardista o la inserción de versos o fragmentos de canciones en estos cuentos es parte de del juego intertextual del que se sirve el narrador como estrategia para marcar los planos en que se oponen realidad e irrealidad o para fundir el paso de una a otra. De esta manera, puede controlar el peso semántico del argumento que propone al lector.

Pero a pesar de la atmósfera, de lo onírico, del juego de intertextualidades, de lo lírico y de otros aciertos retóricos, los cuentos exhuman la realidad sobre la que Walter Lingán quiere ficcionar. Al igual que este tipo de narrativa escrita desde el Perú, más consciente que inconsciente, como una propuesta del autor, y es eso lo que entronca el libro con la narrativa peruana actual, en última instancia los textos resultan marcados por una realidad, un universo que comparten todos los narradores de las últimas generaciones, no importan donde residan. Y son las huellas de la violencia, de la injusticia, la discriminación; esos son los fantasmas que Lingán ha intentado exorcizar escribiendo este libro. Oigo bajo tu pie el humo de la Locomotora demuestra así mismo que el compromiso del escritor no depende del género o la tendencia, sino de sus convicciones.

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15 de junio de 2007

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