LA HECATOMBE PERMANENTE

Por Ernesto Ortega Larralde *
(Madrid. España)

Monumentos a víctimas

Desde hace varios años asistimos al protagonismo indiscutible del tema del terrorismo en los medios informativos y entre los voceros de la política internacional. Con frecuencia se le considera "el mayor y más grave problema" que enfrenta nuestra época. El calentamiento global, la contaminación del agua y del aire, la sequía, la extinción o amenaza de extinción de especies animales o vegetales y otras consecuencias de los abusos de nuestra civilización, ocupan poco a poco - y por fortuna - la presencia que merecen en los medios. Del mismo modo se expresan gobernantes y empresarios, aunque con frecuencia solo sea por agradar a los ciudadanos y consumidores, cada vez más concienciados. Terrorismo, guerras, catástrofes naturales, amenazas contra el medio ambiente: son los dramas globales que nos conmueven y movilizan. Y ojalá nos conmovieran y movilizaran aún mucho más.

Sin embargo, el mal del que quiero hablar aquí es inexplicablemente mucho más silencioso; o tal vez somos nosotros más sordos a sus pedidos de auxilio, a sus señales de alarma. ¿Dónde sufren niños y adultos las consecuencias de las guerras de hoy? ¿Qué realidades constituyen el mayor caldo de cultivo del terrorismo internacional? ¿Quiénes son más vulnerables a las consecuencias de las catástrofes naturales y quienes, incluso, serán las principales víctimas del calentamiento global en el corto y el mediano plazo? La respuesta a problemáticas complejas no puede ni debe ser unívoca o simplista. Sin embargo, hay un espacio que agrupa a un vasto y heterogéneo grupo de naciones y de pueblos cuyo denominador común es el de ser las principales víctimas de dichas pestes globales. Se les llama, a veces muy eufemísticamente, "países en vías de desarrollo".

El 11 de septiembre de 2001 contemplamos incrédulos y conmovidos el horror de la violencia ciega cuando ataca imprevisiblemente a personas inocentes. Escuchamos impotentes las voces desesperadas de quienes utilizaban sus teléfonos móviles para despedirse de sus seres queridos, intuyendo el espantoso final. Dos mil novecientas noventa y siete personas inocentes perecieron o fueron declaradas desaparecidas en el brutal atentado. El 11 de Marzo de 2004 el drama se repitió en Madrid. Quienes vivimos en esta ciudad pudimos ver y sentir de muy cerca el horror y la injusticia. Ciento noventa y un seres humanos asesinados y más de mil setecientos heridos. Este mismo escenario se ha repetido y se repite por desgracia en distintas ciudades del mundo y la amenaza es ciertamente una realidad actual. ¿Cómo no va a preocupar y ocupar semejante peligro a los medios de información, a los gobiernos y a las organizaciones y grupos internacionales? La respuesta, sin embargo, no ha sido siempre la más acertada. Tras el 11/09 el gobierno de los EEUU, secundado por los sectores más conservadores de las potencias occidentales y de otros países, ha emprendido una verdadera cruzada que, bajo el denominativo genérico de "lucha anti-terrorista", está causando mayores daños que avances, superando incluso, en número de víctimas inocentes, a los citados actos terroristas que se pretende combatir. La guerra de Irak ha causado hasta hoy más de 500 mil víctimas mortales, que se hubieran evitado si la administración norteamericana y los gobiernos que se sumaron a su interesada iniciativa bélica, no hubiesen atacado a una nación que - está más que demostrado - nada tuvo que ver con los mencionados ataques del 11/09.

Terremoto Ica

Hace varias semanas escuchamos las noticias, cada vez más dramáticas, de las consecuencias del terremoto que el 15 de agosto pasado sacudió algunas ciudades y poblados peruanos en la región de Ica. La cifra de víctimas aumentaba cada hora hasta situarse en más de 500 personas fallecidas, mil 600 heridos, 16 mil 200 viviendas destruidas y cientos de miles de damnificados como consecuencia del seísmo. ¿Alguien podría imaginar semejante proporción de víctimas humanas si un seísmo de escala semejante se produjera en Suecia, Alemania o Inglaterra? Un terremoto es por el momento una catástrofe natural inevitable, pero sus consecuencias se agravan en un país como el Perú: decenas de personas han sido enterradas bajo el inestable adobe de las casas, las viviendas son muchas veces precarias y no hay suficientes infraestructuras de salud ni recursos para hacer llegar a las zonas afectadas una ayuda internacional de la que depende la vida de cientos de personas. El gobierno no tiene la capacidad técnica, operativa o económica para dar una respuesta eficaz a semejante drama humano. Cabe entonces preguntarse si el terrible daño que está sufriendo la población tiene como única causa un fenómeno natural. El subdesarrollo, la precariedad, la pobreza, son un terreno especialmente sensible y vulnerable ante estos accidentes de la naturaleza.

El calentamiento global, del que tanto se habla hoy en día, acarreará - aseguran los expertos - sequías, inundaciones, extensión de enfermedades, hambre. ¿Qué regiones del mundo son más indefensas y están menos preparadas para luchar contra estos efectos funestos? Precisamente son las que menos han contribuido a esta situación de emergencia. Las naciones que hoy son ricas y desarrolladas han conseguido y conservan este nivel de desarrollo a costa de los recursos de todo el planeta y son quienes han puesto y ponen en peligro su equilibrio. Los desechos más contaminantes derivados de la actividad industrial de estas ricas naciones, o de su desarrollo energético entre otros (desechos nucleares por ejemplo), han ido con demasiada frecuencia a parar a regiones donde no existen condiciones para su correcto aislamiento. Abusando de la inexistencia de una legislación clara o bien aplicada al respecto, o en complicidad con gobiernos corruptos, empresarios y estados se deshacen de desechos peligrosos poniendo en peligro la salud o la vida de miles de personas sin capacidad de defenderse. Asimismo, empresas transnacionales afincadas en el antes llamado Tercer Mundo se permiten graves faltas a la seguridad de las personas, que serían impensables para sus filiales instaladas en Europa o el norte de América. Yanacocha Como ejemplo podré el caso de la mina de oro de Yanacocha en el Perú, explotada por la empresa norteamericana Newmont. El 2 de junio de 2000, unos camiones de la empresa volcaron 150 kilos de mercurio en la ruta entre Cajamarca y Pacasmayo. El vertido tóxico afectó varias aldeas pequeñas, pero especialmente al pueblo de Choropampa, cuya población, tras ser contaminada y comprobar los efectos del mercurio, entabló una lucha legal con la compañía. Los engaños, manipulaciones e intentos de extorsión de algunos afectados por parte de los agentes de la compañía se sucedieron con la complicidad del gobierno. Todavía hoy, cerca de mil quinientas personas de Choropampa continúan con problemas crónicos de salud. El índice de abortos no intencionados ha aumentado y se registran deformidades de bebés al nacer, así como problemas nerviosos y respiratorios. Tod Saavedra, el ex-alcalde de Choropampa, quien sufre problemas del riñón a causa de la intoxicación, fue multado y esta amenazado de cárcel por protestar contra la transnacional (1).

Este drama, como muchos otros, no obtiene el protagonismo mediático ni la atención que merece. Y esta es sólo una muestra de una problemática de fondo. Cada minuto mueren tres niños en el mundo exclusivamente a causa de la diarrea provocada por beber agua en mal estado, según datos de la ONG Intermón Oxfam. Esto significa que cada día son 4 mil 320 menores de edad los que fallecen por tan sólo una de las causas de la pobreza y la miseria; muertes que se evitarían en condiciones normales de vida. Para dar una idea de la violencia que implica y a lo que equivale esta realidad de nuestro mundo, diré que esto representa más de un atentado terrorista como el del 11 de septiembre del 2001 por día, y con víctimas exclusivamente menores de 18 años. Y ésta es solo una de las enfermedades que causa muertes masivas y cuyo origen se encuentra en la extrema pobreza.

Según un informe publicado por Manos Unidas, asociación integrada a la Alianza Española contra la Pobreza, en momentos en que acaba de vencer la mitad del plazo acordado por los 189 países miembros de Naciones Unidas para cumplir con los 8 objetivos del milenio, no se han logrado avances significativos en la lucha contra la pobreza (2). De acuerdo con el informe, cada día mueren 30.000 niños a causa de enfermedades que podrían evitarse. Un niño cada 3 segundos. A riesgo de parecer excesivo, por lo brutal de la imagen y la comparación (mi intención es sólo contribuir a tomar conciencia), sugiero imaginar por un instante el equivalente a veinte torres como las destruidas en el atentado de Nueva York, pero ocupadas únicamente por niños, y destruidas cada día, todos los días del año. Diez atentados del 11/09 diarios que se ceban en niños: tal es la amplitud de la más mortífera de las armas de destrucción masiva del mundo: la pobreza. ¿Podrá alguien afirmar, después de ver estas cifras, que el mayor y más grave problema que enfrenta nuestra época es otro que el subdesarrollo, la miseria, la pésima repartición de la riqueza a escala global? He aquí el mundo en que vivimos y que construimos día a día: un mundo en hecatombe permanente.

Globalizacion

La globalización del derecho a la salud y a la vida: ésta es la primera prioridad que deberían plantearse los gobiernos y naciones de todo el planeta. Los objetivos que se proponen, a la vista de la realidad descrita, parecen ínfimos. Sin embrago, ni siquiera éstos se cumplen. Sólo cinco países en la actualidad han cumplido con el objetivo de consagrar el 0,7% de su PIB a la Ayuda Oficial al Desarrollo: Dinamarca, Holanda, Noruega, Suecia y Luxemburgo. Y "si la tendencia actual continúa, en 2015, sólo Luxemburgo y Dinamarca estarán en el club del 0,7" (3). En cambio, según informes de Naciones Unidas, los gastos militares en el mundo, en el año 2002, alcanzaron los 839 mil millones de dólares. Por otra parte se estima que, para que el planeta disponga de los servicios sociales básicos, son necesarios unos 40 mil millones de dólares al año durante diez años. Esto es: menos de un 5% del citado gasto militar anual. Este gasto de "defensa" se realiza - o debería realizarse - con el objetivo de conservar la paz y la seguridad en el mundo, pero los resultados están a la vista: "2 millones de niños murieron en la última década a consecuencia de los conflictos armados", según la misma fuente. Con un 5% del gasto militar del conjunto de los países del mundo se podría, entre otras cosas, brindar una oportunidad de vida a los 30 mil niños que mueren cada día a causa de la pobreza. ¿Es que acaso no son esos motivos suficientes?

En la era de la globalización, es tiempo de globalizar los derechos humanos básicos. Podría proponerse la creación de un Convenio Internacional de Emergencia para hacer frente a la peor amenaza que enfrenta la humanidad. Dicho Convenio establecería una cuota de un 5% del gasto en armamento de cada país miembro de la ONU, que sería destinado a un fondo de la Organización para catástrofes humanitarias y desarrollo de las regiones más pobres del planeta. Sólo sería necesario este "sacrificio" durante 10 años para que "el planeta disponga de los servicios sociales básicos". ¿Será mucho pedir? Probablemente sí, aunque resulte difícil aceptarlo. ¿Alguien lo hace? ¿Dónde está entonces el Eje del Mal?

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* Ernesto Ortega Larralde, Perú, es Diplomado en Interpretación para Cine y TV por el Núcleo de Investigación Cinematográfica (NIC), Madrid. Diplomado como director de fotografía para cine, tv y video en la Escuela Internacional de Cine y tv (EICTV) en Cuba. Cursó Historia del Arte en la Universidad de La Habana, Cuba y estudios de Historia en la Universidad de la Sorbonne Paris IV. Participó como actor protagonista en el taller de teatro del profesor Pierre Longuenesse.Ha realizado diferentes videos y cortometrajes como actor y como director de fotografía. Por encargo de la Fundación Nahual para el Desarrollo Armónico del Hombre llevó a cabo tres largometrajes relacionados con las Artes Marciales y las filosofías Taoísta y Budista.

(1) Información completa en (http://www.adital.org.br/site/noticia.asp)

(2) Información completa en (http://www.manosunidas.org/noticias/7_de_julio_OMD.htm)

(3) Información completa en (http://es.oneworld.net/article/archive/6637/?PrintableVersion=enabled).



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20 de diciembre de 2007

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