NEFTALÍ
El niño de Parral

Por Gabriel Rodríguez ((*)

“Yo que llegué desde Parral
a conocer este siglo”

(Fin de Siglo)
Pablo Neruda

“Mis tatarabuelos llegaron a los campos de Parral y plantaron viñas”(1) .

Pablo_Neruda_19-años

Venían desde Constitución y se establecieron a comienzos del siglo XX en la pequeña ciudad. Se dedicaron a cultivar la tierra, a criar animales, a tener hijos que eran bautizados con nombres bíblicos. Las uvas, los ríos, el viento, los arrozales de Parral fueron parte de su mundo. Cultura campesina y agrícola situada en el corazón de Chile y en el límite sur de la Región del Maule.

Territorio de Frontera

La Región del Maule fue la frontera sur del Imperio del Sol. Hasta el caudaloso río llegaron los orgullosos Incas con sus chasquis y sus pucarás. Al sur del Maule - el mítico río de las lluvias - se extendía el indómito territorio del pueblo mapuche. Quienes se atrevían a cruzarlo, debían enfrentar la furia de la naturaleza y de los bravos hombres que la habitaban.

El Maule signa con su nombre un territorio surcado de bosques y ríos, de enormes montañas y fértiles valles. Su gigantesca olla hidrográfica divide físicamente el territorio. Al sur del Maule es el sur de Chile y el sur del mundo.

El Imperio Español avanzó con sus cañones y sus cabalgaduras. Cruentas batallas imponen el poderío de las armas del invasor sobre los cauquenes.

La Colonia crea una civilización mestiza, que recoge gran parte de las costumbres y los mitos de los pueblos originarios. Las ciudades crecen a la orilla de los ríos. El guanay en su falucho y el bandido son parte de esa cultura maulina. Los legendarios marinos llegan al Callao, a California, a Australia. Las historias de bandidos son un capítulo privilegiado de la literatura nacional. La Provincia de Linares era llamada la Bella Isla del Maule.

En esta tierra crecerán las parras para el vino poético que vendrá desde Parral.

Nacimiento

Nació un hombre

entre muchos

que nacieron.

Vivió entre muchos

hombres

que vivieron.

Y esto no tiene historia

sino tierra,

tierra central de Chile,

donde las viñas encresparon

sus cabelleras verdes,

la uva se alimenta de la luz,

el vino nace de los pies del pueblo.

(Memorial de Isla Negra)

Parral, pueblo blanco

Neruda

Parte importante de mi infancia la viví en la actual calle Pablo Neruda de Parral. Mi abuela materna nos acogía allí cada verano para disfrutar del parrón y la higuera. A pocas cuadras existía la casa natal del poeta. Allí Neftalí vio la luz en 1904, en un Parral que parecía detenido en el tiempo.

Su madre, gravemente enferma de tuberculosis, lo entrega de inmediato a los cuidados de su abuelastra paterna Encarnación Parada, la que vive con su familia en el fundo Belén.

Se le inscribe con el nombre de Ricardo Eliezer Neftalí Reyes Basoalto, hijo legítimo de José del Carmen Reyes Morales y Rosa Basoalto Opazo. Su familia parralina aún lo recuerda como Neftalí. Así firmará él parte de su nutrida correspondencia.

Su madre Rosa Neftalí era profesora normalista y ejercía la docencia en una de las escuelas del pueblo. Su padre se dedicaba a diversos negocios bajo el giro genérico de agricultor. De 1904 a 1909 el pequeño Neftalí recorrió esas calles y respiró el ambiente provinciano vinculado a los ciclos de la naturaleza y las actividades agrícolas y ganaderas.

“Huérfano de madre a los dos meses de nacido, es su abuela Encarnación la que lleva a su casa al nieto (Ricardo Neftalí), procurándole un ama de llaves y encargándose de su crianza hasta que su padre, en 1910, lo pone en contacto con las lluvias, ríos, vientos y bosques del sur” (Sacerdote Alberto Arraño S.J.)

“Hace dieciséis años que nací en un polvoso
pueblo blanco y lejano...”

(Cuadernos de Temuco)

Creció en el fundo Belén

Pablo Neruda

La dramática muerte de la madre dos meses después de su nacimiento, seguramente marcó el carácter del futuro vate. Algunos autores han planteado que esta prematura pérdida dejó una profunda huella en el poeta, quien buscará en las mujeres amadas a lo largo de su vida el afecto y la ternura de su madre ausente.

Antes de morir, Rosa Neftalí dispuso que el pequeño quedara al cuidado de su abuelo paterno, quien era dueño del fundo Belén, cercano a Parral. Su abuela había muerto, por lo que la abuelastra Encarnación le buscó una nodriza y en medio de esa naturaleza imponente, el niño dio sus primeros pasos. Años después, su padre se convirtió en ferroviario y se trasladó a Temuco.

Pero la lluvia, el polvo, las uvas de Parral irían con él.

“...desde las uvas de Parral
donde nací, sin ir más lejos.”

(Fin de Siglo)

Varias décadas más tarde, luego de recorrer el mundo y ganarse un espacio en la literatura universal, de convertirse en un personaje casi de leyenda, volvería a buscar en la pequeña urbe sus más profundas raíces:

“Parral se llama el sitio
del que nació en invierno”

(El río invisible)

Las casas de Belén

Pablo Neruda

Salí en busca del fundo Belén que se conectaba con Parral por un antiguo camino, hoy intransitable. Pasado el río Perquilauquén giré hacia la costa hasta encontrar el pequeño poblado de Ñiquén con su Estación de Ferrocarriles abandonada y algunas viviendas coloniales a punto de derrumbarse. La familia de Rosa Neftalí vivió en esta localidad. Diversas fuentes indican que durante un tiempo ejerció la docencia en una pequeña escuela situada en la ribera sur del río. Posteriormente lo haría en la Escuela Mixta N° 1 y N° 2 de Parral. Ñiquén es el poblado más cercano al fundo Belén. En esos parajes debe haber surgido la historia de amor entre Rosa Neftalí y José del Carmen.

Seguí viaje adentrándome en “las tierras pobres” del secano costero. Paulatinamente me invade una sensación de sobrecogedora soledad. Los arrozales surgen a lado y lado. Las distancias entre una casa y otra son cada vez mayores. El viaje es largo y cansador. Luego de interrogar a todas las personas que encuentro en el camino, pude establecer que estaba en las tierras del antiguo fundo Belén, hoy parcelado y repartido en innumerables propietarios. Una Escuela y un Policlínico son las únicas señales de modernidad. Campesinos amables, temporeros, humildes dueñas de casa responden mis preguntas. Me indican algunas casas que “tienen más de cien años”. De la familia Reyes no encontré recuerdos.

Recorro una de esas viviendas. Imagino a un niño pequeño rodeado de aquella inmensidad. Respiro la soledad, la fuerza implacable de la naturaleza, la silenciosa cultura campesina. Un crepúsculo melancólico me obliga a regresar a Parral con una sensación de náufrago.

Su prima, Eva Reyes Araya

Pablo Neruda

Los rumores y los secretos resultan difíciles de vencer en la pequeña urbe. Después de una larga búsqueda logro ubicar a Elisa Parada Manríquez, quien confiesa ser “pariente lejana del poeta”. Con la gentileza acostumbrada de los parralinos me dice que no posee información relevante sobre el poeta, pero me da pistas para ubicar a uno de sus familiares vivos más directos. Se trata de una prima de Neftalí, Eva Reyes Araya, quien nació y se crió en el fundo Belén.

Guiado por algún ángel benevolente, logro ubicar a Ermandina Parada Reyes, hija de Eva Reyes, quien nos conduce finalmente a la casa de su madre. Un hermoso altar al fondo del living me seduce con su colorido. Eva Reyes es una mujer cordial, alegre, completamente lúcida. Viste el color de las carmelitas. Nació en 1916 y vivió en Belén toda su vida. Es hija de José Ángel Reyes, tío de Neftalí y compañero de infancia y juegos del poeta, pues los separaban pocos años de diferencia. Esta amistad con su tío durará toda la vida y se extenderá a su tía Matilde Mora. Eva Reyes recuerda que “Joel Reyes fue el último que vivió en Belén. Se cultivaban viñas, arroz, garbanzos…de todo. Eso hasta el año 1965”. Se siente orgullosa de su relación con el poeta, quien “la tuvo en sus brazos cuando venía los veranos al fundo”. Pudimos establecer que el padre de Neruda volvía a Belén con su hijo “para las cosechas, en el tiempo de la uva, se bajaban en la Estación de Ñiquén y se quedaban unos días en el fundo”.

Eva Reyes narra que entre los primos a veces había discusiones y peleas, entonces decían: “hay que dejarlo no más, porque es un Rey (Reyes)”.

Sus recuerdos de Belén hablan de aislamiento y rigor: “No había caminos, se venía a Parral a caballo o en carreta. Tampoco había escuela. Si Pablo se hubiera quedado en el fundo, hubiera tenido la misma suerte que yo”, expresa con sabiduría.

Nunca fue a Isla Negra, aunque lo habían planeado con la tía Brígida Reyes, quien lo hacía a menudo, “pero la tía se murió” y ella nunca se atrevió a hacerlo.

Me permite obtener fotografías, pero un descuido destruye las imágenes. Debo regresar otro día. Nuevamente la lluvia amenaza a un Parral misterioso. Mientras escribo estas líneas, la noble figura de la anciana me acompaña, con su voz grave y cansina, tan parecida a la de su primo.

Neruda en Isla Negra


Inscripción del nacimiento de Pablo Neruda
(Fragmento)

Fecha de la inscripción: primero de agosto de mil novecientos cuatro. Nombre y sexo del nacido y fecha y lugar del nacimiento. Nombre: Reyes Basoalto Ricardo Eliezer Neftalí, sexo masculino. Fecha: doce de julio de mil novecientos cuatro, a las nueve P.M. Lugar: calle San Diego. Nombre, nacionalidad, profesión y domicilio de los padres cuando fueren declarados. Padre, Nombre: José del Carmen Reyes. Nacionalidad: chilena, profesión: Agricultor, domicilio: indicado. Madre, nombre: Rosa Neftalí Basoalto, nacionalidad chilena, profesión; ninguna, domicilio: indicado.

Observaciones y firma:

José del Carmen Reyes M.M. Latorre, Oficial Civil

Hay una subinscripción que dice: por sentencia ejecutoriada del Tercer Juzgado de Letras de Menor Cuantía de Santiago de fecha catorce de enero de mil novecientos cuarenta y siete, se ha ordenado rectificar la presente inscripción en el sentido de que el inscrito es “Pablo Neruda”.

C. Canales

Oficial Civil.

Hay un sello que dice Registro Civil de Parral, Departamento de Parral, Chile.

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(*) Gabriel Rodríguez (Talca, Chile, 1951). Es Periodista y Licenciado en Comunicación por la Universidad de Santiago y Magister © en Educación por la Universidad Arcis. Autor de numerosos textos en diversos géneros. Entre sus libros figuran: Señales de vida, Pasajeros de la esperanza, Hijos de la lluvia, De amores y milagros, Oraciones para el nuevo siglo y El hombre que vino del mar. Con este última obra fue uno de los ganadores del Fondo del Libro y la Lectura, Categoría Juvenil, el año 2001. También como gestor cultural ha desarrollado una importante labor, destacando la realización de ferias del libro itinerante en las comunas más pobres de la región, y cursos de capacitación y perfeccionamiento tendientes a dar mayores oportunidades de trabajo a los jóvenes. Ha sido presidente de la sociedad de escritores de Chile, filial Talca, en varios períodos. Durante el presente año publica Neftalí, uno de los proyectos ganadores del Fondart regional 2003. Texto que recoge en un lenguaje dinámico y sugerente la presencia de Neruda en el Maule. En la actualidad se desempeña como periodista de la Secretaría Regional de Salud en la séptima región, Chile.



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20 de enero de 2010

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