Delfín Prats



            Delfín Prats
(Holguín, Cuba, 1945)

Poeta, traductor y narrador. Estudió Filología y Lengua Rusa en la Universidad Lomonosov de Moscú, en la desaparecida Unión Soviética. En 1968 su poemario Lenguaje de mudos ganó el premio David de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), sin embargo, la obra fue censurada. Su obra poética se mantuvo inédita durante toda la década de los setenta, al igual que toda su obra narrativa, la cual aún hoy no ha sido impresa. Prats volvió a publicar en Cuba en 1987 cuando apareció Para festejar el ascenso de Ícaro, que ganó el Premio Nacional de la Crítica. Otros de sus poemarios son: Abrirse las constelaciones (1994), Lírica amatoria (2001) y El esplendor y el caos (2002).

 

 


HUMANIDAD

 

Hay un lugar llamado humanidad

un bosque húmedo después de la tormenta

donde abandona el sol los ruidosos colores del combate

una fuente un arroyo una mañana abierta desde el pueblo

que va al campo montada en un borrico

hay un amor distinto un rostro que nos mira de cerca

pregunta por la época nueva de la siembra

e inventa una estación distinta para el canto

una necesidad de hacer todas las cosas nuevamente

hasta las más sencillas

lavarse en las mañanas mecer al niño cuando llora

o clavetear la caja del abuelo

sonreír cuando alguien nos pregunta

el por qué de la pobreza del verano y sin hablar

marchar al bosque por leña para avivar el fuego

hay un lugar sereno un recobrado y dulce lugar llamado humanidad

 

 

 

 

ENTREGA

 

Se pregunta qué hacer

que echar en esta hoguera sino lo más amado

que ardan entre las manos años de madera

que alguien cante otra vez la rajadura

de su propia guitarra

que alguien sople el extinto sabor de su ceniza

 

se propone qué hacer

para que el aire soberbiamente puro no nos mate

se pregunta qué noche

no hemos tañido alguna vez bajo otra carne

entre ruidosos argumentos que nunca trascendieron

nuestra materia cerrada por el tiempo

 

qué bosque no anduvimos tomados de los sueños

por hongos y por fresas silvestres

mientras la noche tiende su exilio transitorio

sobre la hoguera altísima ardiendo de los cuerpos

 

 

 

 

SALDO

 

Entren amigos     tomen asiento entre mis pertenencias

las que no me pertenecen más que a ustedes

sus melenas copiosas no tengo nada que brindarles

como en otro tiempo leche pan viejo o alguna que otra

tibia palabra que roer    como ven

las cosas han cambiado mucho

ustedes están muertos hace unos cuantos calendarios

yo tuve un poco más digamos de destreza

con las enfermedades de los primeros años

pero créanme    no es ninguna ventaja

estar aún del lado de los vivos

gozando de sus escasos privilegios

(estar de nuevo con ustedes

en el portal imaginario de la casa donde convivíamos

donde aún aguardamos el café de cada tarde

no sin cierta amargura reciente y viva como un muerto)

viejos amigos cómo lamento esta falta de todo que ofrecerles

mi ignorancia y un poco de impotencia

por las cosas que ocurren por ahí (se ha hablado

mucho de la guerra del genocidio y de cierta probabilidad

de exterminio parcial o total de la especie humana) pero hablen

cómo les va sin nadie    cómo les va en la nada

sin tener que pulirla para ligar un hueso

cuando ya no hace falta romper la noche

con un tremendo aullido