Alejandra Pizarnik


        Alejandra Pizarnik (Argentina, 1936 - 1972)

Considerada una de las poetas mayores de Latinoamérica, cuyo influjo ha sido gravitante para las nuevas generaciones de creadores. Este creciente interés queda de manifiesto en los innumerables estudios y ensayos sobre su obra. En 1960 viaja a París donde entra en contacto con grandes intelectuales de la época como Sartre, Simone de Beauvoir y Marguerite Duras, y también con escritores de la talla de Octavio Paz y Julio Cortázar. De sus libros destacan: La tierra más ajena (1955), La última inocencia (1956), Las aventuras perdidas (1958), Árbol de Diana (1962), Los trabajos y las noches (1965), Extracción de la piedra de la locura (1968) y El infierno musical (1971). Se suicida el 25 de septiembre de 1972 con una sobredosis de seconal. El año 2000, Lumen publica su Poesía completa y en 2002 aparece su Prosa completa por la misma editorial.

 

 

 

 

EL DESPERTAR                                                                                                                

                 a León Ostrov

Señor
la jaula se ha vuelto pájaro
y se ha volado
y mi corazón está loco
porque aúlla a la muerte
y sonríe detrás del viento
a mis delirios

Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo

Ya no baila la luz en mi sonrisa
ni las estaciones queman palomas en mis ideas
Mis manos se han desnudado
y se han ido donde la muerte
enseña a vivir a los muertos

Señor
el aire me castiga el ser
detrás del aire hay monstruos
que beben de mi sangre

Es el desastre
es la hora del vacío no vacío
es el instante de poner cerrojo a los labios
oír a los condenados gritar
contemplar a cada uno de mis nombres
ahorcados en la nada

Señor
tengo veinte años
también mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada

Señor
he consumado mi vida en un instante
la última inocencia estalló
Ahora es o nunca jamás o simplemente fue

¿Cómo no me suicido frente a un espejo
y desaparezco para reaparecer en el mar
donde un gran barco me esperaría
con las luces encendidas?

¿Cómo no me extraigo las venas
y hago con ellas una escala
para huir al otro lado de la noche?

El principio ha dado a luz el final
Todo continuará igual
las sonrisas gastadas
el interés interesado
las gesticulaciones que remedan amor
Todo continuará igual

pero mis brazos insisten en abrazar al mundo
porque aún no les enseñaron
que ya es demasiado tarde

Señor
arroja los féretros de mi sangre

Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana
las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría les destruía el corazón
Recuerdo las negras mañanas del sol
cuando era niña
es decir ayer
es decir hace siglos

Señor
la jaula se ha vuelto pájaro
y ha devorado mis esperanzas

Señor
la jaula se ha vuelto pájaro
Qué haré con el miedo

 
SOMBRA DE LOS DÍAS A VENIR

                    a Ivonne A. Bordelois

Mañana
me vestirán con cenizas al alba,
me llenarán la boca de flores.
Aprenderé a dormir
en la memoria de un muro,
en la respiración de un animal que sueña.


 

SE PROHÍBE MIRAR EL CÉSPED 

Maniquí desnudo entre escombros. Incendiaron la vidriera, te abandonaron en posición de ángel petrificado. No invento: esto que digo es una imitación de la naturaleza, una naturaleza muerta. Hablo de mí, naturalmente.