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Entrevista

                                                            ENTREVISTA A EMILIO COCO [1]

Por Marcela Meléndez

 

-¿Qué opinión le merece la poesía italiana actual,tomando en cuenta que ha realizado varias antologías, sobre todo de las últimasgeneraciones?

Como traductor y como crítico, conozco bastante bienla realidad poética de mi país. He publicado en España seis antologías depoesía italiana contemporánea y otra en México. Es un trabajo ímprobo, porquees raro que se conozcan bien las dos lenguas, el italiano y el español. A vecesel que se alaba de saber bien la una y la otra, termina por cojear en ambas.Sea como fuera, traducir a una lengua que no es la tuya propia, es muygratificante si la operación final resulta de buen nivel. Volviendo a supregunta, la poesía italiana actual posee, a mi parecer, una singular vitalidady orientación dentro de Europa. Alterna coherentemente varias vías deexpresión, que han renovado lingüísticamente el género: la estética realista,de sentido ético y capacidad crítica; la escritura artística lacónica yaltamente lírica, fragmentaria y subjetiva; las experiencias neovanguardistas del grupo 63 y de los “Novissimi”. Me atrevería a afirmar que, por su riqueza y calidad expresiva, la poesía italiana está, en este momento, entre las mejores, quizás la mejor, de Europa. Quisiera añadir algo más sobre la poesía de los jóvenes. Yo publiqué en octubre de 2008, en la editorial Sial de Madrid, una exhaustiva antología titulada Jardines secretos. Joven Poesía Italianaen la que se incluyen a 27 jóvenes poetas italianos.La poesía emergente en Italia es muy rica. Yo siempre digo que a los jóvenes loque hay que exigirles es rigor en su trabajo y respeto por él, pero a partir deahí ellos tienen que responder a su tiempo y de acuerdo con sus propiasnecesidades. A mí me parece triste el ejemplo de poetas maduros que desprecianlo que viene por detrás, que se creen que la poesía acaba con ellos, que lesvan a quitar algo. Yo valoro mucho el trabajo de gente joven.


-Usted tradujo y publicó a varios poetas españoles yuniversales con una casa editorial de Bari. ¿Cómo nace este interés por lapoesía en lengua castellana?

Estaba loco por la poesía de Federico García Lorcacuando tenía veinte años y me sabía de memoria su “Llanto por Ignacio SánchezMejías”. Luego vinieron Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado, Guillén,Aleixandre, Cernuda, Salinas y Alberti. El encuentro con los poetas másrecientes lo tuve gracias a la amistad de Luis García Martín, que me enviaba,allá por los años 80, desde Avilés su mítica revista “Jugar con fuego” y quecon el regalo de su antología Las voces y los ecos publicadaprecisamente en 1980 en las ediciones Júgar, me permitió acercarme al panoramapoético español de aquellos años. Mantuve con José Luis un carteo muyfrecuente, luego nuestra amistad se fue aflojando y hoy casi no nos escribimos.Llevo casi cuarenta años traduciendo poesía española. Mi primera antología depoesía española salió en 1980. Se titulaba Cinco pesetas de estrellas eincluía a 14 poetas. Algunos de ellos que por aquel entonces eran casi desconocidosproducirían, a lo largo de los años, una obra de gran envergadura, como LuisAlberto de Cuenca, Clara Janés o Ana Rossetti.

Yo dirijo una colección de poesía en la editorial Levante de Bari, que se llama I Quaderni di Abanico y soy editor de IQuaderni della Valle. En la primera se editan sobre todo libros de poetasespañoles, con la sola excepción de una antología del mexicano Héctor Carreto.La segunda acoge a poetas de todo el mundo, clásicos y modernos. En ellasalieron varias de las traducciones de mi hermano (Safo, Anacreonte,Asclepiades, Arquíloco, Mimnermo, Alcmán, etc.), poetas portugueses (Casimirode Brito), franceses (Raymond Farina), argentinos (María Negroni y Mercedes Roffé), corsos, vascos, cubanos y,por supuesto, muchos italianos y españoles.


-¿Cuánto terreno le gana el traductor al creador,considerando que usted dedica bastantes horas de su tiempo a este trabajo?

Muchísimo. Yo he dedicado a los demás la prácticatotalidad de mi vida literaria. Cuando me preguntan sobre mi quehacer poético,yo contesto, bromeando, que escribo poesía cuando me canso de traducir, lo quepasa muy raramente. Los primeros versos de mi vida  los escribí cuandotenía nueve años, con ocasión de la muerte de mi padre. Mi madre había muertoun año antes. Esos versos los recogí luego en un poema que se titula ‘Eravamotre piccoli fratelli’, cuya versión española se puede leer en el libro La memoria del vuelo,publicado por la madrileña editorial Sial en 2002. En realidad, para mí,escribir versos no ha sido nunca una ocupación predominante. Empecé muy tarde,a los cincuenta años, porque quería introducir una nota de distinción en mibiobibliografía. Después de escuchar mis traducciones de los poetas españoles,todo el mundo me decía: «¡Seguro que usted es un poeta!». Y yo me sentía en laobligación de desmentirles, pero añadía en mi defensa: «No es necesario saberescribir versos. Basta con tener la sensibilidad del poeta». Pero me dabacuenta de que tenía que contestar de otra forma: «Sí, ¡yo también soy poeta!».Esta comedura de coco la he sintetizado en los seis versos de un poema que setitula precisamente “Poeta, antólogo y traductor”, que dice así:

 Tus versos no valen unpimiento

 de esto eres conscientepero te sirven

 para la nota del próximocuaderno

                                                                sobre las poetisasiberoamericanas

                                                                que podrás comenzar de estemodo:

                                                                Antólogo, poeta ytraductor.


Un crítico italiano ha escrito que estos versos«escarnecen hasta la autodestrucción benéfica las costumbres de la comunidadliteraria». Sin embargo, no era esta mi intención. Decía antes que la poesía nose ha apoderado nunca de mí totalmente. La he considerado siempre como algo quepodía dar más brillo a mi actividad de crítico y traductor. Pero he de confesarque mi relación con ella ha sido siempre conflictiva e incluso me ha hechosufrir, porque se me ha entregado con cuentagotas y no me ha regalado nunca unverso estupendo, uno de esos versos que sólo los grandes saben escribir. Hehecho de todo para ganarme su confianza, para luego echarle en cara suinfidelidad, he intentado violarla, estrangularla y al final le he cerrado lapuerta en las narices, pero nada. He seguido amándola con un amor profundo, asícomo se quiere a un hijo con quien la naturaleza ha sido poco generosa y que teda vergüenza sacar a la calle para evitar la compasión o la satisfacción másíntima de los amigos frente a tus desgracias.

 



[1] Emilio Coco, nacido en San Marco in Lamis (Foggia, 1940),es  hispanista, traductor y editor. Entresus trabajos más recientes destacan: Antologiadella poesia basca (Crocetti, Milán, 1994), tres volúmenes de Teatro spagnolo contemporaneo (Edizionidell’Orso, Alessandria, 1998-2004), Elfuego y las brasas. Poesía italiana contemporánea (Sial, Madrid, 2001), Los poetas vengan a los niños (Sial,Madrid, 2002), Poeti spagnoli contemporanei (Edizioni dell’Orso,Alessandria, 2008), Jardines secretos (Sial, Madrid, 2008), Antologiadella poesia messicana contemporanea (Sentieri Meridiani, Foggia, 2009), Laparola antica (Nove poeti indigeni messicani) (Edizioni dell’Orso, 2010), Antologiadella poesia ecuadoriana contemporanea (Sentieri Meridiani, Foggia, 2011), Dallaparola antica alla parola nuova. 22 poeti messicani d’oggi (Raffaelli,Rimini, 2012). Come poeta ha pubblicato: Profanazioni(Levante, Bari, 1990), Le parole disempre (Amadeus, Cittadella, 1994), Lamemoria del vuelo (Sial, Madrid, 2002), Fingerela vita (Caramanica editore, Marina di Minturno, 2004), Contradesilusiones y tormentas (Ediciones Fósforo, Ciudad de México, 2007), Iltardo amore (LietoColle, Falloppio, 2008, traducido al español, al gallegoy al portugués, Premio Caput Gauri, 2008), Il dono della notte(Passigli, Florencia, 2009, Finalista Premio Pontedilegno Poesia, PremioAlessandro Ricci-Città di Garessio, Premio Città di Adelfia, Premio Metauro,Premio della Giuria “Alda Merini”), El don de la noche y otros poemas (“Temblorde Cielo”, La Otra, Ciudad de México, 2011), Ascoltami Signore (Edizionidell’Orso, 2012, traducido al español por Guillermo Fernández con el título Escúchame,Señor, Mantis Editores, Guadalajara, 2012) y algunas plaquettes.  Dirige las colecciones I Quaderni di Abanico(Levante Editori, Bari) y Uni-versi (Sentieri Meridiani Edizioni,Foggia) y es editor de I Quaderni della Valle. Entre las muchas distincionesy premios que ha recibido sobresalen el Premio de ensayo y traducción AnnibalCaro y el Premio Proa a la trayectoria poética. En 2003 el rey de España Juan Carlos I le otorgó la encomienda con placade la orden civil de Alfonso X el Sabio. En 2010 ha recibido lacondecoración “Alejo Zuloaga” de la Universidad de Carabobo en Venezuela. En2011 el Colegio de México le concede una medalla de plata por su trabajo detraductor de autores mexicanos. Ha participado en muchos festivales de poesíaen España, Francia, Turquía, Argentina, Venezuela Nicaragua, Colombia, México yEcuador. Ha sido traducido al español, portugués, gallego, francés, húngaro,lituano, turco, árabe y corso.

 


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