Carlos Vallejo


(Quito, 1973). Ha sido promotor cultural, editor, bibliotecario, facilitador de talleres de fomento de la lectura, de desarrollo de la creatividad y de escritura.

Ha publicado los poemarios Oficio de navegantes (2009), La orilla transparente (2007), En mi cuerpo no soy libre (2003) y Fragmento de mar (2005). Ha merecido el Premio Nacional de Literatura Aurelio Espinoza Pólit (2007) y el César Dávila Andrade (2009), así como menciones honoríficas en la Bienal de Cuento Pablo Palacio 1999 y 2001.




Residencia

 

El viento o un poema del viento,

la piedra o su recuerdo:

tu rostro o la flor que por ti se yergue.

Resido en la Flor, en el sueño que evocan

las Palabras.

Respiro,

subo por la pendiente frágil de una página,

me aparto del mundo;

cohabito,

como un pájaro roto,

entre las líneas del poema.  

 


La estatua gira

en su sola quietud,

naufraga ante su materia;

se despide, retorna,

transita como un barco

anclado en el espacio:

se mueve, inerte,

en los confines de su vasto sueño.

 

Roca estéril, la estatua,

a pesar de las caravanas,

y los días jubilosos,

la estatua muerta entre los amantes

que se palpan,

sorda materia entre los latidos

que incendian la hierba.

 

Lugar perdido, la estatua.

 

dispuesta como un animal

atascado en la luz,

canto de luciérnagas minerales,

lápida de sí misma,

fruto inmóvil del viento.

 

Mar ausente, la estatua,

 

que desaparece

en su perenne insomnio,

músculo raudo que se despide

de su inseparable presencia;

candado y llave

de un acceso hacia ninguna parte.

 

Coloso triste, la estatua,

 

que sueña despierta

mientras la naturaleza

a su alrededor

le implora que duerma.