Jorge Enrique Adoum


(Ambato, 1926-Quito, 2009). Poeta, ensayista y narrador. Entre sus principales poemarios se encuentran Ecuador amargo (1949), Notas del hijo pródigo (1951, 1959 ), Los cuadernos de la tierra [i. Los orígenes; ii. El enemigo y la mañana (Premio Nacional de Poesía, 1952), iii. Dios trajo la sombra (Premio Casa de las Américas, La Habana, 1960), iv. El dorado y Las ocupaciones nocturnas (1961)], Yo me fui con tu nombre por la tierra (1964), Informe personal sobre la situación (Madrid, 1973), No son todos los que están (antología personal, Barcelona, 1979), El amor desenterrado y otros poemas (1993), … Ni están todos los que son (antología personal, 1999 ), Claudicación intermitente (antología personal, México, 2008). Publicó también teatro y novela. Mereció el Premio Xavier Villaurrutia (México, 1976) por la novela Entre Marx y una mujer desnuda. En 1989 el gobierno ecuatoriano le otorgó el Premio Nacional de Cultura Eugenio Espejo en reconocimiento a la totalidad de su obra.



ECUADOR


1. La geografía


Es un país irreal limitado por sí mismo,

partido por una línea imaginaria

y no obstante cavada en el cemento al pie de la pirámide.

Si no, cómo podría la extranjera retratarse

perniabierta sobre mi patria como sobre un espejo,

la línea justo bajo el sexo

y al reverso: “Greetings from la mitad del mundo”.

(Niños, grandes ojos rodeados 

de esqueleto, y un indio que se llora

montañas de siglos tras un burro).



2. La memoria


Cariada el alma, duele en el nervio de la raíz

ese pasillo, y yo, perro de Pavlov, voy de un salto

a sentarme a la puerta de la hojalatería

(allí siempre era de día) a husmear la calle

por la que me fui a volver y me siguen pegando.

Cuando no se tiene patria todavía sino

esa tristura irremediable debajo del orgullo,

patria es el bolsillo de la memoria de donde

saco esto: la indiada amazorcada en la borrachera

de la misa y desgranada a puntapiés el domingo de tarde,

el cementerio a donde acompañé a tanto compañero

de la escuela a repasar las tablas de la ley: esto,

trozos de un animal antiguo, esto me basta, reconstruyo

íntegro el tórrido patriótico paleolítico folklórico,

las cuarteaduras de la república, la greda consuetudinaria

en que resbalamos a gusto. (Tú también, huesito

de dinosaurio, tu tobillo por donde estás atada

a mí, gran descuartizada, y tu otro tobillo

por donde estás atada, porque yo soy tu destierro.)

Y la canción con que arrullan al asesinado

para que se muera sin decir nada

y con que hacen sufrir al perro

para ver cómo se llena su glándula.

De gana. Por puro experimento.



3. La historia


Nadie eligió a la iguana: saurios

periodos militares: primer lunes

de la tierra donde el pleistoceno es todavía

ese futuro de que habla el bolchevique.

Cuando atraca la Beagle, el cuadrumano autóctono

aún no se ha enterado de que ha vencido a Dios

y se asusta, se persigna con sal, arrepentido:

“Solo el buitre tiene razón”. (La tortuga,

con su tristeza histórica, sigue arrastrando

su pereza caparazón a cuestas.)

Islas de volcán

y bestia, datos de Darwin.

           Una fauna 

lenta hambrienta lo persigue en el paisaje

hambriento: solo el buitre gobierna.

        “Acosado

por propalar rumores falsos sobre la selección

de las especies y la supervivencia del más fuerte.”


Hablaba de los compañeros desterrados.

 

                                                                                                                             De Curriculum Mortis

                                                                                              (“Informe personal sobre la situación”, 1973)

 



PROHIBIDO FIJAR CARTELES


Despiertas casi cadáver cuando el reloj lo ordena,
el día no te espera, hay tanto capataz que mide
el milímetro del centavo que se atrasa por ti,
bebes el café que te quedó de ayer y sales
consuetudinario PROHIBIDO CURVAR A LA IZQUIERDA
y casi PROHIBIDO PISAR EL CÉSPED pisas el césped
porque ibas a caerte, luego avanzas, ciudadano
y durable, PROHIBIDO CRUZAR sin saber para qué lado
ir ni para qué PROHIBIDO ESTACIONARSE porque no puedes
parar la maquinaria infatigable con tu dedo
sólo porque te entró una astilla en el alma,
OBEDEZCA AL POLICÍA así es más fácil, saluda,
dí que sí, que bueno, PROHIBIDO HABLAR CON EL CONDUCTOR
y quitándole dócilmente el sombrero estupefacto
PONGASE EN LA COLA anuncia tu hereje necesidad
de trabajar en lo que fuese, NO HAY VACANTES,
tal vez el año próximo por la tarde, pero no te dejan
dejar para mañana lo que puedes morir hoy
y aguantas y volverás cuanto te llamen PROHIBIDO
USAR EL ASCENSOR PARA BAJAR con tus piernas, para eso
las tiene gratis desde el último accidente,
NO SE ACEPTA RECLAMOS, para que vayas de guerra
en guerra con tu himno nacional SONRÍA, tu banderita,
la patria a la que le debes tanto, como todos,
pero ten cuidado, imbécil: por ir pensando en tu metafísica
descosida ibas a entrar en el parque público
PROHIBIDA LA ENTRADA, zona estratégica, tú , negro,
humano, perro cívico, civil, SILENCIO, y tú sabes
que no debes PROHIBIDO PORTAR ARMAS, eso también
se sabe y tampoco los proyectos de amor, los aromas
futuros, no suena todavía la sirena de las seis,
PROHIBIDAS LAS HUELGAS que es cuando puedes pensar
LEA SELECCIONES TOME COCA-COLA PROHIBIDO ESCUPIR
hombre libre de este país libre del mundo libre,
y acatas las yuntas formidables de los diarios
y agradeces: otros piensan por ti y les cuesta
para que sigas libre, no te llames PROHIBIDO
USAR EL TELÉFONO sólo para tener quién pregunte
por ti PROHIBIDAS LAS VISITAS EN LAS HABITACIONES
vayan a creer que estás enfermo, PROHIBIDO FORMAR GRUPOS,
porque tú, individuo, aislado, alicaído, con el vientre
pegado al paladar que te sabe a medalla, eres inofensivo;
mejor apágate la luz, deja para algún días los rencores,
ponte en toque de queda, métete en ti, prolóngate
durmiendo para que vuelvas a amanecer, heroico
de puro testarudo, a leer las nuevas instrucciones
para hoy como un estado de sitio: prohibido tener
libros de Marx y otros libros, prohibido llevar los cabellos
como te dé la gana, prohibido ir a China, prohibido
besarse en los parques, prohibido tener fotografías
del Che, nombrar al Che, leer al Che y otros autores,
prohibidas las faldas cortas, las películas suecas,
las canciones de Bob Dylan, los dibujos de Siné,
prohibido hablar mal del gobierno, prohibida
la información sobre los grupos subversivos, prohibidas
todas las manifestaciones, queda prohibida la lucha
de clases ha dicho el Presidente, y sigues, aguantón
y cobarde, sólo porque el instinto, él también,
quién lo creyera, te colgó su letrero : SE PROHIBE MORIR.

 

                                                                                                                             De Curriculum Mortis

                                                                                              (“Informe personal sobre la situación”, 1973)



EL AMOR DESENTERRADO

(fragmento)

Te hubiera amado diez años antes del diluvio.
Andrew Marvell

Para hablar del alma
Despierto temprano. No es fácil dormir en verano.
Peter Levi

...monumento más de América que la fortaleza de
Machu Picchu
o las pirámides del Sol y de la Luna.
Eduardo Galeano


La Dra. Karen E. Stothert, profesora en la Universidad de Fordham, 
en Bronx, Nueva York, acompañada de Paula Rogasner, 
de la Universidad de Guayaquil, y de Eugenia Rodríguez, 
Marcelo Villalba e Iván Cruz, de la Universidad Católica de Quito, 
con los auspicios del Museo Arqueológico del Banco Central del Ecuador, 
descubrió en la península de Santa Elena, provincia del Guayas, 
un cementerio paleoindio -el más antiguo del Ecuador y uno de los 
primeros de América (8.000 a.C.)- con varias clases de entierros y ofrendas. 
Un excepcional hallazgo fue el de los llamados “amantes de Sumpa”, 
dos esqueletos ligados en actitud amorosa sobre los cuales se han 
colocado algunas piedras, al parecer después de su muerte. 
De los periódicos 



...porque en el paleolítico debo haber sido muy niño todavía,
preguntón, curioso y lleno de presagios del ser tercero que forman dos personas mayores
cuando se encierran con llave o con la noche
y la tierra hubiera esperado diez mil años hasta que yo crezca y comprenda
para mostrarme ahora a la intemperie esto:

la primera pareja como dos palabras juntas
con un breve vacío donde estuvo un día el guión varonil
(hembra la conjunción copulativa),

anudados hasta hoy, amor fosilizado, estatua viva encajonada,
mientras nosotros, voyeurs del siglo XX, viejos a cualquier edad, con nuestro muerto amor a

cuestas,
removiendo tablones, telas de nylon, piedras que las sostienen,
y acostándonos junto a ellos para atisbar la inmodesta y duradera amarra
que no acaba jamás en estallido,
nos hundimos el corazón para que no se avergüence
frente a ese amor que existe todavía
en estos esqueletos de anteayer en los que yace
igual que la ternura que cayó de la caricia al hueso.

 

*

Quién era, se llamaba cómo
esta pequeña embarazada de muerte y no de esperma
en la feroz ecuación alucinada: hacerle el amor = hacerla morir,
joven que amamantó al adolescente de la costa,
cuando el deseo la hacía desearse
abrazada a su sueño como en un adulterio,
sin que ninguno de los dos hubiera tenido tiempo
de amontonar rencor u olvido para el otro día.

Yo nunca había amado a una paleoindia
(entonces era difícil y ahora es demasiado tarde,
siempre es demasiado tarde, porque sí o por destino,
cuando nos damos cuenta de que moriremos viejos
porque no fuimos amados por los dioses)
y, sin embargo,
hoy es como si la hubiera querido diez años antes del diluvio*
y quisiera escucharle de cuerpo entero esas palabras
que en la gramática de la anatomía se dicen desnudos y acostados,
volviendo cotidiano lo imposible, desarreglando reglas
a fin de que dos puedan morir uno dentro de otro,
haciendo angosta la cópula para que la tumba ocupe poco espacio,
y no como morimos los demás, los todos que morimos solos
como si nos acostáramos largamente a masturbarnos.

______
* (¿Volveré a encontrarte un día, bajo una cascada horizontal de tierra, nuestra diferencia de edad ya abolida,
te acordarás de mí cuando baje acostado, recordarás que te amo,
me estarás esperando más allá del olor a orina de mar y fruta abierta de la carne?)

   

                                                                                                                            De El amor desenterrado (1993)