ILÍAS KEFALAS

        ILÍAS KEFALAS (1951)


Poeta, ensayista, novelista y crítico, nacido en la ciudad de Tríkala, donde vive desde 1992. Colabora desde muy joven en distintas revistas de letras y artes, como Efzyni, Diavaso, Odós Panós, Tomés, siendo uno de los miembros del Comité de redacción de la Revista Frear. Autor prolífico, ha publicado desde 1980, que se inicia como escritor, casi una decena de poemarios, 4 libros de ensayos, 4 de narrativa y 4 de literatura infantil. En 1987, reivindicando, de alguna manera, una generación o grupo literario al que pertenecer, publica la edición: «Antología de Poesía Contemporánea: La década de los 80. La visión del ideal particular». Ha recibido el Premio de Poesía «Nikiforos Vrettakos» del Municipio de Atenas.

Enlace Centro Nacional del Libro de Grecia (EKEBI)  |  Enlace Sociedad de Autores Griegos



VÉRTIGO

En tus ojos se ahogan los pájaros.

Se estancan aguas de prolongadas lluvias

y arrastran canciones

de recuerdos debilitados.

 

En tus ojos tiemblan

bosques hundidos.

Levitan extraños aromas

y el murmullo profundo del náufrago

que te busca

resuena de hoja en hoja.

 

En tus ojos me cobijo

como caminante anochecido

que contiene la respiración.

 

Completamente solitario, desnudo y sin hogar.

 

Asustado

en tus vacíos vertiginosos.

 

Por eso no me conoces

y no me encuentras

 

nunca.

 

 

CUERVO DE CARBÓN

En el solitario álamo

un cuervo de carbón

se queda petrificado

mirando la nieve.

Como marcas dactilares del destino

ensucia el árbol

subraya la nada.

Cuervo de carbón

como bala de la oscuridad

borra el paisaje.

Todo es una mentira:

La montaña espectral

y el río solitario

y el suspiro que se pierde

en el recuerdo.

Nievan los años negros.

Nievan dentro de mí.

Me ahogan.

 


¡QUÉ AURORA ÉSTA!

Buenos días, señor Filópulos [1]

¡Qué aurora ésta!

El alba asomó de repente por un camino equivocado

La lluvia pasó con podaderas de acero

El día tragó nubes y follajes

Y tú desconcertado tomaste las pendientes de la niebla

Flotando sobre barriles y viejas cajas de madera

¿Me oye, señor Filópulos?

¿Llueve aún, señor Filópulos?

Al final, displicente vecino, ¿es o no es un hombre?

 

Esta mañana no contesta a nadie. 



[1] Filópulos: Nombre propio que significa el hijo de las hojas.