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Jair Cortés



Jair Cortés
(Calpulápan, Tlaxcala, México, 1977). Ha sido becario del Fonca y de la Fundación para las Letras Mexicanas. Autor de los libros de poemas: A la luz de la sangre (1999), Tormental (2001), Contramor (2003) y Caza
(2007). Obtuvo el Premio Nacional de Poesía Efraín Huerta 2006.

 

 

 

 

 

 

CAZA DE FAMILIA

(fragmentos)

 

TODO empieza con el padre:

irradian su luz

los labios del que lo nombra.

Las habitaciones existen porque él las ocupa. Según los rasgos de su rostro la mesa se dispone. En la ventana su vaho empaña los cristales. Su vista penetra la tiniebla con una lanza de claridad, a pesar de su mano casi piedra, que golpea con amor e infinita violencia

 el cuerpo entumecido de los hijos.

 

 

 

EL PUNTO es un refugio.

     (Ahí vive el aturdido escriba), 

                                               la coma es la ventana de la prosa, 

 

(entra el aire tibio de agosto y seduce

tus piernas        muslos suaves 

como suaves en tu oído           son las vocales)

 

El punto es casa aparte. 

 

Comillas que son “candiles”

                             lámparas de tu lectura. 

 

Decía el padre de las cosas que la escritura es propiedad.

Por eso escribo tu voz

para que me llames desde aquí,

en esta cacería del habla. 

 

 

 

ASUNCIÓN

(fragmentos)

 

I

 

Yo no conocí al odio como se conoce al árbol.

No lo conocí en la raíz de la traición

ni en el tronco de la furia,

ni supe de él 

por los frutos de la venganza.

 

Yo conocí al odio en el espejo.

 

 

XI

 

Ahora sé de tu palabra por la mía,

mírame cantarla como un viejo

alrededor de cementerios y templos

como una leyenda que a nadie logra arrancarle el sueño.

 

Levanté mi furia

y la derramé sobre el mundo,

fue mi frente

testigo de la tormenta

y nunca pedí el perdón que se les otorga a los heridos.

 

Ahora entiendo que no hay caminos:

el pie y el paso son una ilusión inútil

que permite que el ojo sea un eje ciego

entre el suelo y el arco del movimiento.

 

No tuve el hombro del hombre

por encima de mi tierra.

 

Vencedor y vencido,

soy un huérfano

que bajo el yugo de los nombres

se corta la cabeza.

 

 

 

 

ENFERMEDAD DE TALKING

                                  

Puso incendio para el café,

quitó la tapa del cerillo

y se sacudió los perros de la cabeza.

 

La ventana de su librero

dejaba entrar la caja vieja de zapatos

que días antes había visto envuelta

en el diciembre agrio y tostado del vaso.

 

Miró su rostro en el cajón:

sintió entonces la pintura correr por su latido,

ánimo del suelo el de su cuerpo recostado sobre la fina azotea comprada en Venecia.

 

Preguntó por ella:

respondió el toc (tic tac) toc de un pájaro que voló dentro de la licuadora.

 

-No sé más de mí-

contestaron las voces terribles de su gripe

que, a estas alturas de la fragancia,

habían ya cocinado una pasta compuesta con letra de molde.

 

Dijo adiós,                                             

pero un ligero, casi imperceptible bosque,

le abrazó de pronto, y ella, de sí,

volvió otra vez a lo real

y contempló la cuchara ciega

que buscaba, esta vez,

azúcar por encima de la mesa.

 

 

 

 

DEL MIEDO

 

Lo malo es la infancia

cuando el niño es el enemigo del niño.

En la paredes busca soledad para matar a Dios,

orienta

parvadas con sus inexplicables trucos de magia,

en una libreta anota con rencor el nombre

y la fecha de sus más íntimos contrincantes.

 

Afuera de la celda

le espera un grupo de miedosos

él se une,

luego se rebela,

nadie le sabe decir: acerca tu rostro a la flama, hermano,

el fuego quemará tus pocas perversiones.

 

Y quiere o no quiere

pero ya usa mayúsculas cuando escribe DINERO

y teje como su tía la tuerta

un gran manto para cuando sea rey.

 

Da vuelta

y notan que algo oculta,

en el camino le señalan,

le dicen: tú, acerca tu rostro al agua y lava esa abuela y quita tu mancha.

 

Pronuncia como se debe,

corre y no sabe

qué hacer con tanto miedo.

 

Con tanto miedo,

no sabe si lo persigue su infancia

o es la adolescencia embistiéndolo a media noche.