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Omar Lara


Omar Lara
(Nueva Imperial, Chile, 1941). Además de su obra de creación literaria –que comprende una veintena de libros, entre ellos Los Buenos Días, Serpientes, Memoria, El viajero Imperfecto, Islas Flotantes, Vida Probable, Fuego de Mayo, Bienvenidas calles del Perú, Voces de Portocaliu, La Nueva Frontera, Delta, Papeles de Harek Ayun, - Omar Lara es traductor del rumano, labor que ejerce a partir de su exilio en Bucarest, entre 1974 y 1981 (exilio que lo llevó antes a Lima y luego a Madrid).  Editoriales rumanas, españolas, mexicanas, chilenas y peruanas han publicado varias de sus traducciones y una de ellas, El Ecuador y los Polos, de Marin Sorescu, mereció el Premio Internacional de Poesía Mística Fernando Rielo, Madrid 1983. Del mismo Sorescu en México se publicó El Centinela de la Galaxia (2007). Lara es traductor de Mihai Eminescu, Alexandru Macedonski, Ion Barbu, Gellu Naum, Geo Bogza, St. A. Doinas, Ion Caraion, Marin Preda, Eugen Jebeleanu, Maria Banus, Dinu Flamand, entre otros escritores rumanos. Algunas  distinciones recibidas por el poeta son el Premio Casa de las Américas (La Habana, 1975), la Beca de Creación John Guggenheim (1983), la Medalla Mihai Eminescu, que concede el Gobierno de Rumanía (2001), la Medalla Presidencial Centenario Pablo Neruda (2004). En su calidad de director de la Revista Trilce, recibió el Premio de la Sociedad de Escritores de Chile 2006, que conceden los ex presidentes de la entidad. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Poesía Fernando Santiván, el Premio Casa de América de Poesía Americana (Madrid) y el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Trieste (Italia). En 2009 fueron publicados sus libros Foto&Grafia (Chile), Vida, Toma mi Mano (Cuba) y Argumentos del Día. Antología Personal, (México). En junio de 2009 recibió el Premio Internacional Ovidio de Traducción de la Unión de Escritores Rumanos.

 

 

DIARIO DE VIAJE

 

Yo vivía en un barco

en el rincón más dulce de ese barco

en cubierta crujían las sogas y los fierros

en el cuarto más dulce yo escuchaba

escuchaba a cubierto de lluvias y de vientos

adorando como un náufrago a la dueña del viaje

a la que doy

                        temblando

                                         mi precario bagaje.

 

Ella es mi salvadora

por lo tanto

mi dueña.

Me pregunto si sabe que es mi dueña

                                                        si sabe

que hay u náufrago entre el vino

                                                   y el viento

si se da cuenta

que en cada beso le doy mi última humedad

casi mi vida.

Es una frase grande

                            reconozco

pero un náufrago

se puede permitir ciertas licencias

                                                   y además

quién podría decir que no es verdad?

 

Amo ese barco.

Amo el susurro de los árboles

                                             lejos

en la ribera.

Amo el sonido de sus pies sobre el suelo

                                                                   desnudo

sobre todo

                 cuando viene hacia mí

amo su gesto

                     de hacer el pan

de encender el fuego

de mirar en la noche. Amo

su piel amada

                        su cintura en mis labios

                                                           amo sus ojos

en el éxtasis

                  la dulzura final

                                         el milagro sagrado.

Hasta amo

                  sin quererlo

                                      sus silencios.

 

Yo vivía en un barco

                                   de hecho

sigo ahí

            para siempre. Y si mi cuerpo se hunde

pienso que algo insistirá

                                   insistirá

                                                 insistirá

y alguna vez

tal como en esas viejas casas de madera

un aire loco

                        enloquecido

susurrará esa palabra que sólo ella conoce

que sólo yo conozco

y quedará

por un momento

quieta

y pensará

otra vez ese loco  con su loca locura

ese susurro enamorado.

Otra vez.

Otra vez. 

 

 

 

ENCUENTRO EN PORTOCALIU

 

En ese tiempo yo corría detrás de una sombra.

Desde el décimo piso en el barrio de Drumul Taberei

yo miraba a través de un niebla caliente,

a través de una humedad humosa,

a través de las reverberaciones de agosto

una figura venía caminando

desde la parada de autobuses.

Una figura parecía dirigirse hacia mí,

yo la veía perfectamente desde el décimo piso

en el barrio de Drumul Taberei:

era la odiada figura conocida,

su aborrecible rostro estaba ahí y su pelo

que el sol no incendiaba y con él todo su cuerpo.

Yo miraba petrificado la escena,

los indolentes pasos y su entorno:

árboles, cosas en movimiento, el asfalto que el sol

ondulaba.

Yo miraba esa escena con su centro precioso.

 

En esos tiempos yo escribía un poema titulado

“Encuentro en Portocaliu”,

era necesario encontrarme rápidamente

porque –pensaba yo- ¿la poesía para qué puede

servir sino para encontrarse?

Eso fue después de escribir muchas cartas

preguntando

¿dónde estoy? Nadie sabía donde estaba

y no podían decírmelo,

de modo que empecé a decir a diestra y siniestra

protégeme con algo el corazón.

Protégeme con algo el corazón

seguía repitiendo

y como no me entendían

comencé a escribir unos poemitas insidiosos

relativos al río Dimbovitza,

relativos a la columna del infinito,

relativos al plan quinquenal.

Hasta que un día en Portocaliu.

 

Un día en Portocaliu

(en Portocaliu hay un sol amarillo como cáscara de

naranja)

una tarde en Portocaliu

(en Portocaliu hay unos grandes pájaros con dos patas

larguísimas y picos en forma de corazón)

una noche en Portocaliu

(estaba escrito que no te encontraría

en Portocaliu

pero guardo el recuerdo de esa espera y huellas

de picotazos en forma de corazón). 

 

 

 

TOQUE DE QUEDA

 

Quédate

Le dije

Y

La toqué 

 

 

 

SERPIENTES 

Cujus esse diceris?

 

 

PEQUEÑA SERPIENTE

 

Mi serpiente coral

te confieso: nunca creí en tu veneno

mi pequeña serpiente. 

 

 

DESPERTÉ CON UNA CONFUSIÓN DE LOS MIL DEMONIOS

 

Todo se movía alrededor.

Creí que soñaba

pero ella estaba ahí, enrollada

bella y hambrienta a los pies de la cama. 

 

 

RENUEVA TUS COLMILLOS VENENOSOS

 

He abierto tu boca

de los huecos colmillos de veneno te he privado

vigilaré paciente. 

 

 

TE HACES RESPONSABLE DE MÍ

 

Abre tu boca, tu engañosa boca

y engulle sin cólera.

He preparado con paciencia este cuerpo.

Pujaré si deseas, todo entero entraré;

me dejaré llevar, me dejaré arrastrar

protegido y ausente, serpiente mía. 


 

 OTRO GOLPECITO

 

Otro golpecito de tu cola

rodéenme tus anillos luminosos

algún día el golpe olvidaré

no el escozor. 

 

 

EL GOLPE FINAL ESPERA

 

Ardida tiranuela

ceniza próxima

engulle de una vez tu posesión

fecunda esta herida única. 

 

 

VERANO EXTRAÑO

 

Veo morir tu sombra

que aún moribunda me escarba horriblemente

tirana con los días contados

mi dolor no se harta. 

 

 

EL MOVIMIENTO DEL PASTO

 

Me hace girar la cabeza.

no dudo que estarás algún día

tendida al sol

segura de ti, segura de mí. 

          

 

TU CONDICIÓN ASUMO

 

Me despojo de ropa

de papeles

sobre escamas recientes

me desplazo buscándote.      

 

 

PREGUNTA

                                                                               

Tu nueva piel seré.                                                                                                                

 

 

            (A la serpiente coral) 

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